agosto 28

Jagoba ya no es entrenador de la Real

Este va a ser el último post que le voy a dedicar a Jagoba Arrasate. Porque cada día que transcurra con él como entrenador de la Real Sociedad ya no va a ser su responsabilidad, sino del director deportivo… (que no tiene crédito) y del presidente  (que lo tiene, porque su trayectoria ahí está). Pero hay asuntos que es necesario tratar, expedientes X.

1. ¿A santo de qué un entrenador que nunca había superado la Tercera División se atreve a cambiar el sistema en que la Real Sociedad había desplegado su mejor fútbol en una década? Te gastas 12 millones -más salario- en Carlos Vela, quien encontró un filón en esas galopadas desde la banda derecha hacia portería, y decides, porque tú lo vales, cambiarle de posición.

Hablo de Carlos Vela, pero me puedo referir a Canales o Granero -que ha costado una barbaridad y que en este sistema está más perdido que un Pulpo en San Fermín-. O un Chory Castro que es un cadáver cuyo verdugo tiene nombre y apellidos. O Rubén Pardo -que sí, es cierto, tiene que dar un paso adelante, pero a Illarra, recordadlo, le pasaba lo mismo. No brillaba fuera de sitio… Hasta que empezó a jugar en su sitio-.

 

2. Planificación. Una vez le preguntaron a Xabi Alonso si para entender a Mourinho había que estudiar ingeniería. Y Xabi contesto algo parecido a «qué va, si te dice cinco o seis cosas en un lenguaje muy normal. Te ayuda, te da pistas sobre tu par en el campo y un par de instrucciones sencillas». Los mejores lo hacen simple. Por lo tanto…

¿Por qué la Real se ha complicado la vida? Primero, contratando a un técnico sin experiencia -ni talento-. Segundo, por no reforzar una idea que funcionaba. Me explico.

La Real Sociedad ha ingresado en los últimos trece meses 97 millones de euros en concepto de ingresos extraordinarios. Es decir, los sucesivos presupuestos no se fundamentan -no es exacto, pero para entendernos- en estos ingresos. Hay mucho dinero para fichar, para mantener el nivel. Si no hay miedo a fallar.

¿Se te va Griezmann? Vete al mercado e intenta fichar a un extremo rápido y con gol. ¿Que se dice fácil? Claro. Pero para eso pagamos a Loren. Y ojo, soy consciente de que no vas a encontrar un Griezmann. O al menos, es una misión casi imposible. Pero trata de mitigar su marcha.

¿Tienes problemas en el eje de la zaga? Vete al mercado y ficha un central. Ah, que ya lo has fichado, Raúl Navas. Entonces, no lo cedas al Eibar al tiempo que reconviertes a quién y a ¡Gorka Elustondo! Su partido ayer fue nefasto. Aunque ni se me ocurre señalarle como culpable. Porque además estaría siendo injusto con él. Pero cometió errores impropios de un central. Y es normal, porque no es central. Y todos. Y YA LO PONGO EN MAYÚSCULA. Y TODOS HEMOS VISTO QUE A ESTE CHICO SE LE HA PASADO EL ARROZ. Esta frase la pronunció, en una conversación conmigo, un miembro longevo del club. Pero hace ya tres años. «A Gorka Elustondo se le ha pasado el arroz». En cualquier caso, Elustondo no es ahora mismo el mayor de nuestros problemas, o eso creo.

¿Te falla el delantero? Perfecto, trae a Finnbogasson (acertar no es fácil, pero juégatela, bien jugada).

¿Y tienes mucho peso pluma tocón en el centro del campo y explotas a Markel alinéandole tres veces por semana? UTILIZA LA LÓ GI CA. No traigas a Granero -qué necesidad había de decir que gratis, qué necesidad de mentir si ya la gente puede contrastar gratis y desde el móvil-, y dale a Markel minutos de refresco reforzando esa posición. Por ejemplo, fichando a Leroy Fer, holandés, que estuvo a punto de recalar en las filas donostiarras hace un año (bajó con el Norwich y acaba de fichar por mi QPR).

Pero no. Hemos apostado por una idea rocambolesca. Hemos intentado dibujar triángulos de cuatro lados (como los rombos). Pero los triángulos son triángulos, aquí y en Lima. Para inventos, Da Vinci o Marconi, no Jagoba.

3. La idea rocambolesca del rombo. No es más que un trivote cuyo propósito es arriesgar menos para exponerte menos y tratar de dominar más. Esa idea, que luego debatiremos, ¿es de Loren o de Jagoba? Lo digo porque fue Juarros el que habló de esta idea del rombo como propia. Ayer tardó segundos, tras la derrota, en enviar un mensaje populista desmarcándose de Arrasate pero hace una semana hacía suyo el rombo, por si sonaba la flauta. Eterno superviviente. Para qué desgastarse en el banquillo si puedo poner a alguien cuya inexperiencia le impida discutir conmigo. Para qué desgastarse en el banquillo si puedo cubrirme las espaldas.

 

4. Respecto al trivote. Se ha llegado a insultar a twitteros por expresar su hartazgo en la pretemporada. Como si aplaudir con las orejas a todas las cosas que se hacen mal fuese positivo para el club. Algo que además escondía una trampa, el «ya vale, que estamos en pretemporada», ya que esta Real se derrumba desde hace muchos meses. Pero concretamente en verano, la Real se ha arrastrado mientras en el medio de comunicación «de siempre» nos decían que los de Arrasate  dominaron al Chelsea por momentos. En un partido que evidenció todas y cada una de las carencias que dieron al traste con el sueño, perdón, la pesadilla, europeo.

El rombo provoca un atasco magno en el medio. Los jugadores tocan a veces, otras ni eso, Sin capacidad de sorpresa, porque por muy en forma que estén los laterales (Zaldua top), el fútbol del club txuri urdin es muy previsible, estático y fácil de defender. En defensa, la exposición a contraataques y robos es enorme. Quizás se dan menos pérdidas que antes, pero en esta ocasión, derivado del batiburrillo táctico, éstas son más peligrosas.

Y es que los jugadores están fuera de sitio. Sin saber si van o vienen. Medios desahuciados jugando de centrales titulares por delante de zagueros con cientos de partidos en Primera. Pivotes (posición de 4), jugando de volantes por banda. Extremos puros jugando de segundos delanteros. De locos.

 

5. La portería. Alguien tendrá que explicarme qué sentido tiene haber tenido en el banquillo a un portero -con el que vas a contar un año ya que no tienes opción de compra- cuando en solo 180 minutos ha demostrado mejorar en todas las facetas a un suplente que a sus treinta años ha demostrado ser un buen recambio ocasional -firmaría tener un suplente de su nivel en la Real para muchas temporadas-. De verdad, no lo entiendo.

Zubikarai tiene unos reflejos magníficos pero es muy endeble en el juego aéreo, blocando y aportando seguridad a los defensas. Y eso se ve, se percibe, en cada despeje estrambótico, en cada salida en falso. Y si tienes una defensa compuesta por Iñigo y un centrocampista devaluado reconvertido a central (jugó en infantiles en esa posición, como se encargó de recordarnos el beasaindarra), y lejos de aportarles seguridad les colocas detrás una bomba de relojería, pasa lo que pasa. Lo de Eibar no fue casualidad. Más allá del gol (en directo me pareció una gran pifia y ayer, visto desde otro ángulo, me pareció un golazo), Zubikarai firmó tres o cuatro acciones de miedo. De terror.

 

6. Ambición. ¿Es este club ambicioso? Arrasate, antes de aquel fatídico partido ante el Villarreal que cerró la liga hace unos meses, dijo que si se ganaba la temporada era excelente y si se perdia, muy buena. O parecido. Con ese mensaje, pasó lo que pasó. Que los jugadores se fueron de juerga a falta de tres días, que no estaban para entrenar a falta de dos, y que recibieron un repaso de narices ante un Villarreal que tenía más hambre que Carpanta, que ganó 1-2 y pudo ganar 0-4, y que por cierto, jugará la fase de grupos.

La gracieta de los jugadores -que no se pueden ir de rositas en aquel caso, sí quizás en el batiburrillo táctico-, ha supuesto dos previas, una eliminación y varias lesiones. Porque es mala suerte, sí, ya lo sé, que se te lesionen Finnbogasson, Rulli -y Zurutuza-. Pero la Real habrá realizado unas 40 sesiones desde el 1 de julio. Y ha jugado 4 partidos. Y las lesiones graves -de más de un mes- se han producido en 4 partidos, no en 40 sesiones de entrenamiento. No vamos a descubrir ahora que la intensidad en un partido es exponencialmente mayor que en un entrenamiento -y más si el entrenamiento consiste en un poco de surf, subir al Txindoki o jugar al póker o a la ruleta, deporte favorito a altas horas de la madrugada de muchos de los futbolistas de la actual plantilla (que hagan lo que quieran con su dinero, eso me es irrelevante).

¿Se imaginan un entrenador de un club de élite vendiendo una temporada como exitosa en la hipotesis de una derrota ante un rival directo y con tanto como había en juego? Esa es la ambición. No todo es malo: Se retuvo a Vela -yo insistí en que se iba y así lo creía, me la envaino feliz-. Pero fue un fuego artificial. Una vez me encontré con El Vasco Aguirre en la taquilla de Goodison Park, y tras veinte minutos de charla me decía: «¿entrenadores? Pero si das una patada y estamos cuarenta esperando a que nos llamen».

Iba a decir que flaco favor han hecho a Arrasate dándole un monstruo que no es capaz de controlar. En fin, el favor se lo han hecho porque le han solucionado la vida. Pero si de verdad -que lo dudo muchísimo-, si de verdad este tipo tenía un poco de talento, no era el momento. Definitivamente no lo era.

 

7. ¿Y ahora qué? Arrasate ya ha demostrado que no tiene techo. Todavía puede agrandar el destrozo hasta límites que hoy pocos imaginan. Lo bonito del fútbol es que quizás el domingo le ganamos al Madrid, pero lo lógico es que nos ganen sin bajar del autobús, con un 0-2 sin mayor historia (los blancos no carburan), y que nos vayamos al parón como colistas, eliminados de la Intertoto (me niego a decir que hemos jugado la Europa League), y con un equipo en continua devaluación. Una devaluación que empezó al día siguiente de la eliminatoria contra el Lyon.

 

Porque no nos engañemos. Arrasate ha vivido de un sorteo y de una prohibición. El sorteo, el que encuadró en la previa de Champions con el Olympique de Lyon (que ha caído eliminado este año de la previa de la Europa League). Y la prohibición, aquella que comentó Loren en rueda de prensa. «No nos podíamos permitir un entrenador que ahora dijese que quita a Vela de la banda derecha o a Markel del centro». Resulta que ahora sí nos lo podemos permitir. Bendita prohibición. O no. Porque el ridículo que hicimos en la Champions fue sonoro. Para rato los vecinos del otro lado de la A8 van a hablar de disfrutar y de «éxito» si sacan un punto de 18 en la fase de grupos. Aunque eso no es culpa de Arrasate, sino del periódico de siempre. ¿Y el Athletic? Tiene un entrenador que es coherente y que trata de hacerlo fácil, la mayor virtud de un entrenador desde mi (no tan) humilde punto de vista. Con menos, sacan mucho más.

 

¿De verdad vamos a seguir con Jagoba hasta que nos hundamos en la mediocridad? (Yo no soportaría otro séptimo puesto, ni siquiera un sexto, hay equipo para estar entre los cinco primeros mínimo, nuestros rivales directos juegan una competición más y hemos gastado veinte millones en el mercado). ¿Vamos a fichar un entrenador de verdad y admitir -no pasa nada- que nos hemos equivocado? ¿Que este entrenador ha devaluado la plantilla y ha roto una forma de jugar que además enganchaba en la afición -la propia y la ajena?  ¿Por qué no se toman medidas cuando sabemos cómo va a acabar esta historia?

 

¿Vamos a seguir esperando, de forma testaruda, para tratar de ganar un debate que ya está perdido? No se trata de destituir en agosto, en el primer mes. Es el decimotercer mes de Arrasate.

 

Y alguien puede verse tentado de decir que también se pedía la dimisión de Montanier. La afición acierta muchas veces -acertamos-. Pero también se equivoca. Si bien es cierto que los gritos de dimisión surgieron cuando la Real era decimoséptima con un equipo que estaba entre los cuatro mejores -a los hechos me remito-. La afición también se hartó antes que nadie de Elustondo y ya ha dejado de ser centrocampista por su nula aportación al juego. La afición se hartó de Bakero y su trayectoria posterior todos la hemos visto. A la afición hay que respetarle y no verla como un rival al que ganarle un debate. El debate de Arrasate se terminó ayer. Su crédito hace mucho más tiempo. No hay más. Solo queda esperar al desenlace del domingo, y se gane, se empate o se pierda, el club, Aperribay (y Loren) tienen dos semanas preciosas para encontrar un entrenador que simplifique las cosas con una plantilla de quilates.

La pifia de Rusia -de la de Eibar no me olvido- es imperdonable. Solo una clasificación para Champions -y un posterior torneo digno- purgan el despropósito.

 

Todo lo que no derive en la destitución de Arrasate inminente va a degenerar en gritos, pañuelos contra el palco y distorsión. Y lo que queremos es disfrutar del fútbol con la pedazo plantilla que tenemos. Cada uno tenemos una forma distinta de entender la Real y su filosofía. Pero de lo que no tengo dudas es que todos queremos ir al campo y divertirnos.